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Definición:
Los trastornos de la marcha implican dificultades para caminar de manera estable y coordinada. Las caídas, a menudo relacionadas con estos trastornos, son eventos inesperados que pueden tener graves consecuencias, especialmente en personas mayores.
Factores de Riesgo:
Factores como debilidad muscular, problemas neurológicos, condiciones médicas crónicas, ciertos medicamentos y entornos poco seguros aumentan el riesgo de caídas y trastornos de la marcha.
Diagnóstico:
El diagnóstico implica evaluar la historia clínica, realizar pruebas neurológicas y físicas, y, a veces, estudios de imagen para identificar las causas subyacentes de los trastornos de la marcha.
Tratamiento:
El tratamiento puede incluir terapia física, ejercicios de equilibrio, modificaciones en el hogar para hacerlo más seguro y, en algunos casos, intervenciones médicas o quirúrgicas específicas.
Prevención:
Involucra el fortalecimiento muscular, el equilibrio y la coordinación a través del ejercicio regular. Además, es fundamental adaptar el hogar para reducir los riesgos de caídas, algunos cambios pueden ser: quitar tapetes o alfombras mal colocados, colocar antiderrapantes o pasamanos en las escaleras, evitar pisos resbaladizos y procurar una adecuada iluminación de los espacios.
Manifestaciones:
Los trastornos de la marcha pueden presentarse como inestabilidad, falta de coordinación o dificultad para mantener el equilibrio. Las caídas pueden provocar lesiones, desde leves hasta graves.
Epidemiología:
Los trastornos de la marcha y las caídas son comunes en personas mayores. Según la OMS, al menos una de cada tres personas mayores de 65 años se cae al menos una vez al año, y las caídas son la segunda causa mundial de muerte por traumatismos involuntarios
